viernes, 29 de junio de 2012

Gay, straight or taken?

Han hecho hasta un wallpaper con el logo
En el canal Divinity no parece que les interesen los realities más actuales, ya que están llenando los huecos con algunos de antiguos (antiguo en la tele tiene otro significado temporal, ya sabéis, algo del mes pasado es antiguo). Mi madre me lo hizo saber este lunes, que durante el tiempo de emisión de Home Heist al mediodía ahora daban un nuevo reality sobre una chica que tenía que adivinar la sexualidad de tres chicos desconocidos. Y ayer por fin ya pude ver dos capítulos de Gay, straight or taken?, que así es como se llama el rerality. Un nombre muy poco original, ya que estamos, y la traducción ha perdido un poquito (como toda traducción), porque en castellano lo dejan como "Gay, soltero o pillado". Straight no es soltero, es hetero. Això ho sap tothom, menos quién decidió ponerle el nombre al programa. Pero el "pillado" le da un toque juguetón, así que bueno, no lo han hecho del todo mal. 
El reality, que se estrenó en 2007, es bastante del todo estúpido. Pero bueno, qué reality no lo es. Quizá lo más sorprendente es que no hay presentador. Y bueno, como he comentado antes por el resumen que me hizo mi madre, trata de una chica soltera en busca de pololo que cree que tiene tres candidatos dispuestos a salir con ella, y que cuando elija a uno el programa le regalará un viaje para ellos dos juntos. Luego recibe una llamada y una desconocida le dice que uno de esos chicos es su novio, sin decirle quién es, y que si lo escoge a él el viaje será para la pareja de verdad. Y a continuación recibe otra llamada de un chico que le dice lo mismo sobre otro de los candidatos, también sin aclarar su identidad. Así que la chica tiene que salir con los tres y construir hipótesis sobre quién es el gay, el hetero libre y el hetero con novia, y si elige mal el viaje va para el chico elegido y su pareja.
Como estudiante de traducción, cuya facultad cuenta con un elevadísimo número de gays, tengo que decir que es un programa curioso para afinar el gaydar. Yo estoy altamente entrenada gracias a mi práctica diaria y pese a eso tengo que decir que no es tan fácil cómo parece. Además, las citas pueden ser divertidas, en una de las de ayer la chica depiló a uno de los candidatos y les hizo cantar en público. Era bastante zorra, sí. Así que bueno, recomiendo darle ni que sea una oportunidad, ver un capítulo o dos y si engancha seguir. 

miércoles, 27 de junio de 2012

Gente del tren, parte uno

Muchas veces me he planteado escribir historias cortas basadas en la gente que me encuentro en el tren y las impresiones que me causan. Me considero una persona curiosa pero de limitada imaginación, igualmente, supongo que no soy la única que mientras ha viajado en tren se ha imaginado las posibles vidas de la gente de su alrededor. Una chica bien vestida pero con una cara seria, casi triste, como si estuviera a punto de llorar. O un señor sudado en traje con un montón de bolsas de diferentes colores y tamaños. Por eso mismo, muchas veces me quedo con la mirada fija en alguien, olvidando que eso puede incomodar la otra persona. Me pasó hace dos días, el lunes, y todo por culpa de Divinity. En el programa que comenté aquí, se fijan mucho en las arrugas que se forman en la comisura de los labios a causa del tabaco (lo solucionan con botox, tranquilos, no sufráis). Así que claro, cuando vi que la chica que se sentó delante de mí tenía pequeñas arruguitas alrededor de los labios y en cambio no era vieja (tendría unos 30 años), me vino eso a la cabeza y me puse a tramar su vida. Además, como soy una gran escuchadora, aunque muchos no se lo crean, pues descubrí que trabajaba en la editorial de una revista por Internet. Yo no puedo saber esas cosas y fingir que no lo sé, narices. Y quiero saber más. Y como no puedo preguntarlo porque me tomarían por acosadora que lo soy, pues me lo imagino.
Botón cachondo
Por otro lado, tenemos a los hombres que me llaman la atención por lo bien formados que están. Esto me nos ha pasado hoy a mis amigas y a mí a la vez cuando ha entrado un chico muy agradable de ver a nuestro vagón. Por mala fortuna, ha ido a sentarse al lado de un sujeto bastante... cómo decirlo, llevaba tatuada la palabra "KANI". Y no es un modo de hablar, lo digo en serio. Lo llevaba en el brazo derecho. En fin, que mis amigas y yo, que si algo no somos es discretas y disimuladas, hemos gozado el chico agradable de ver durante el trayecto, pero claro, como mirábamos hacia la misma dirección dónde yacía el señor Kani, éste se pensaba que nuestros ojos se posaban en él. (Hay que ver que poética me siento hoy.) Así que no paraba de mirarnos. Hasta cuando hemos bajado del tren se ha molestado a mirarnos por la ventana. Un drama.
Aunque bueno, todo tiene una parte buena. La de hoy es que me he fijado que los botones de "Cierre de puerta" de los trenes nuevos (no son nuevos, pero comparados con los otros son los más nuevos, entendedme) de la Renfe tienen cara de cabreados. En plan icono. Y eso que he subido en esos trenes muchas veces, el año pasado cuando salía de clase de coreano a veces cogía trenes de estos. Pues si lo había visto antes, mi maravillosa mente había formateado la información. Así que hasta aquí la noticia.

Probretonas que se reinventan en la playa

Soledad en su esplendor
Pues sí, hoy he ido a la playa con mis amigas (sus Twitter aquí, aquí y aquí). A Ocata, más concretamente, porque suena japonés pero viene del francés Leucate, así que tiene glamour de por se. El sitio bien, ya había estado, y yo no me he bañado porque soy más de tostarme y activar melanina, pero se ve que el agua no estaba mal. Eso sí, hacía mucho calor. Y aquí es dónde ha tomado protagonismo mi nuestra amada sombrilla bautizada como Soledad. En la foto se puede apreciar su estampado floral sesentero-hipster. Realmente ha causado furor, era la sombrilla más animada de la costa. Añadidle Lana del Rey sonando desde mi Samsung Galaxy y tenéis la estampa de moderna de mierda perfecta.
Soledad en decadencia
Dejando esto aparte, tengo que comentar la gente que nos hemos encontrado hoy en la playa, y cabe destacar a la parejita que teníamos a nuestra derecha: el chaval del bañador verde y su polola fiestera, aunque claro, a cuál más fiestero, vous savez. Y es que estaban dale-que-te-pego. Malpensad. Lo mejor era el chico disimulando su felicidad, o "cómo estaba de contento". Era como ver una porno pero en codificado. Me he preguntado qué haría yo en su lugar, en el caso que tuviera un maromo que se me beneficiara, y he llegado a la conclusión que el exhibicionismo no es my cup of tea. Pero muy entretenido todo.
Por otro lado, tengo que decir que hacer topless se ha vuelto mainstream. Mucha pechuga suelta. Tampoco my cup of tea.
Y, demos gracias a Sae por ello, no había chonis en la playa. Increíble pero cierto. No dónde estábamos nosotras, como mínimo. Eso y mi bocadillo de bacon han sido dos alegrías a tener en cuenta en el día de hoy.
Tengo muchas más cosas que comentar, pero son ideas para otras entradas. Así que de momento dejo esto aquí.

martes, 26 de junio de 2012

Ropa de estar por casa

Qué inmenso conjunto de prendas horribles llega a englobar este término. Ponerse algo "para estar por casa" significa, en mi caso, vestirse combinando prendas de diferentes estilos o directamente sin estilo alguno, y dónde predominan normalmente los pantalones y camisetas deportivos. Confieso que la ropa es cómoda, pero no perdamos de vista el hecho que es fea. Combinar colores cuando estás por casa está sobrevalorado, sobre todo gracias a prendas como mis fabulosos pantalones chándal de terciopelo verde pistacho. Existen, de veras. Y como podéis imaginar, ese tipo de prendas es imposible combinarlas con nada, así que "de lo perdido al río", y "a ver quién da más" (mi mejor conjunto son esos pantalones con una sudadera rosa con motivos morados y cremallera). 
Lo más curioso es que no recuerdo haber comprado ninguna de las prendas que utilizo para estar por casa, sino que todas son regalos de familiares que piensan que tú, cuando sales a la calle, vistes de chándal. Hay gente que lo hace, y es todo muy respetable aunque sigue siendo horrible, pero realmente, qué les debe pasar por la cabeza para creer que cuando yo vaya a la universidad o quede con mis amigas me pondré un chándal. Que me guste ir informal y sea pobretona no significa que me haya visto obligada a llegar a eso de momento. Así que claro, cuando recibo ese tipo de regalos y mi cara es un poema medievalista con la muerte como tema principal, mi madre, mujer de recursos que sabe descifrar mis sentimientos en un santiamén, y una de las principales compradoras de ese tipo de ropa, añade un "bueno, y si no, pues para estar por casa también, que está muy bien". Meeec. Error. Contradicción. Si está bien, si está realmente bien, no te lo pones sólo para estar por casa, no nos engañemos. 
Y así, y gracias a todos los familiares que me compran ropa deportiva, tengo (y sin exagerar) el doble de ropa de estar por casa que no ropa que pueda usar para salir a la calle. Gracias, de verdad. 

Style by jury

Como iréis viendo, soy lo que se podría describir como "enferma de los programas para marujas y consumidora nata de novela rosa". Ese público de entre 40 y 60 años, normalmente amas de casa, que ve telenovelas tales cómo "María la del barrio", "Gata salvaje" o la rompedora "Corazón apasionado". Aunque reconozco que desde que me he pasado a los doramas (dramas asiáticos, o sea, lo mismo que las telenovelas sudamericanas pero en Asia) me he alejado de los culebrones que se ven por la tele española y me he especializado en los realities, a poder ser, los que dan por el canal Divinity. Porque los que dan en MTV, por alguna extraña razón, no me gustan. 
Me gustaría hablar en concreto de mi nuevo vicio, un reality llamado "Style by jury" (traducido como "Estilo a juicio") y que es, básicamente, la versión americana light de "Cambio radical" (iba a poner "español", pero me apuesto un café de esos que no puedo pagar a qué la versión española de "Cambio radical" es una copia de un programa americano también). Cada episodio de "Estilo a Juicio" se basa esencialmente en:

  • Traer al sujeto que necesita un cambio de imagen al programa, que un jurado anónimo diga lo engendro del demonio que es, que el sujeto agradezca las críticas entre lágrimas diciendo que es maravilloso saber lo que opinan los demás y que quiere cambiar, y que Bruce, el presentador de ojos azules que reparte abrazos cual Teletubbie, le confirme que sí, que va a cambiar.
  • El proceso de cambio de imagen (ropa, dentadura nueva, curar traumas y maquillaje).
  • Enseñar cómo ha cambiado el sujeto y que un nuevo jurado diga lo maravillosamente despampanante que es ahora. 
Cómo podéis apreciar, la sinceridad del jurado es la clave, ya que sus reacciones no están para nada preparadas, son totalmente espontáneas. No. También es curioso como para solucionar los problemas dentales de la gente, los dentistas del programa usan para todos el mismo método: carillas de porcelana. 
Y sí, vistos un par de programas a la gente le podría parecer que el programa es repetitivo y un pastel al fin y al cabo, pero yo sé que dentro de mí hay una ama de casa de 40 años con 20kg de más, y por eso lo veo cada día. Mea culpa.

lunes, 25 de junio de 2012

Let's start!

Pues empecemos. Realmente hago esto para reírme de mi desgracia y porque me aburro. Quizá debería presentarme y presentar este blog, pues.
Estudiante de traducción en la Universidad Autónoma de Barcelona, 19 años de nada, en la flor de la vida pero sin trabajo, lo que condiciona la mayoría de mis actos. Realmente, con lo de "pobretona" tendría que decir "no capacitada para gastar lo que me gustaría" o "frustrada económicamente", ya que de momento en mi casa podemos comer y ducharnos con agua caliente, hasta en verano, no cerramos por vacaciones. Pero la cuestión es que los humanos somos seres inconformistas, siempre queremos más, sobre todo si vemos que los demás lo tienen y nosotros no. La típica posh de melena castaña dorada lacia perfecta, embutida en jeans skinny azul oscuro y unos tacones de madera de vértigo para ir a la universidad que, en clase de traducción, habla de las múltiples veces que ha estado en Estados Unidos y China cuando tú, pobre e indefensa chica de provincia, hija de un banquero y una administrativa, si has visitado estos países ha sido mediante el todopoderoso Gran Hermano llamado Google Street View. Esa gente tan entrañable, entrañable porque te gustaría despedazar sus entrañas.
Pues eso. Tener dinero no lo es todo, això ho sap tothom, puedes comprar un armario empotrado pero no un maromo empotrador que te lleve el desayuno a la cama todas las mañanas. ¿O quizá sí...? Bueno, pongamos que no. Pero el problema es que siendo pobre tampoco aparece. Y mientras se digna a aparecer, ¿qué hago yo? Pues quedar con mis amigas y tener que pedirles 5 céntimos para pagar un café que vale 1,35€. Andar, andar mucho, porque es sano y barato. Rebloguear fotos de modelos con ropa de ensueño, porque es inspirador y gratis. No soy infeliz, pero tengo muchas metas y hobbies que, curiosamente, son jodidamente caros
Así que bueno, con esto lo que quiero decir es que aquí contaré mis penas y frustraciones de un modo... diría divertido, pero no quiero parecer pedante, lo llamaremos "optimismo cachondo", y cómo si fuera un poco (bastante (mucho)) más rica, me lo pasaría mejor, que no "sería más feliz". ¿O quizá sí?